Hemos llegado por los pelos, el ritmo latino nos da la tregua que necesitábamos: hay tiempo y podemos salir hoy. 10 am, tour contratado. Llega el Jeep con dos amigos brasileños, dos amigas ecuatorianas y el jefe de la expedición. Arrancamos motores y… nos adentramos en la nada.

Nadie puede hacerse una idea de las ganas que tenía de llegar a este lugar. El pueblo de Uyuni no tiene nada, -no os decepcionéis. Lo  mejor es calcular la hora de llegada para poder salir al instante hacia el gigantesco desierto de sal. Todos los tours parten a las 10.30am y los recorridos son similares, por no decir iguales. En total son 3 días y 2 noches y el precio completo del tour son 100 dólares; en algunos casos se puede regatear. Nosotros pagamos un pelín menos (ya tenemos maña en el regateo) y lo terminamos en Chile.  Cuando digo precio completo es que incluye el transporte, 3 comidas al día, 2 noches en hoteles de sal (que más bien son refugios) y la acción de guía que realiza el propio conductor. Lo que no incluye son las entradas a parques nacionales ni la tasa que hay que hacer en la frontera con Chile. Siento no recordar los precios.

El recorrido realizado es el siguiente:

Día 1:

• Cementerio de trenes
• Salar de Uyuni
• Isla Inkahuasi
• Atardecer (si tu conductor es un amante de ellos)
• Refugio.

Día 2:

• Volcán Ollagüe y Valle de rocas
• Laguna Cañapa (4100 msnm)
• Laguna Hedionda (4100 msnm)
• Laguna Honda (4100 msnm)
• Desierto de Siloli
• Laguna Roja
• Refugio.

Día 3:

• Geisers del Sol de Mañana (4973 msnm)
• Desierto de Salvador Dalí
• Laguna Verde (4350 msnm) y Volcán Licancabur (5970 msnm)
• Frontera con Chile
• Transfer a San Pedro de Atacama (no incluído en el precio)

Durante todo el viaje no nos faltó nada. A diferencia de algunos conocidos, no tuvimos ninguna mala experiencia. Los conductores de los tours en ocasiones beben alcohol por las noches y conducen borrachos. Es más, se han registrado varios casos de muerte de turistas por ello. Otro de los peligros a tener en cuenta es la desorientación. En muchos puntos del Salar se ven las montañas y parece que se puede llegar andando. Es un desierto, de sal, pero sigue siendo un desierto, con sus espejismos y sequías. Es el más grande del mundo y ha habido casos de pérdida de turistas y como consecuencia de hipotermia e incluso fallecimiento.

-¿Frío en Uyuni?

-No, qué va.

Llegamos a tener 15 º bajo cero. De noche tuvimos, lógicamente, menos grados. Con mucho viento. Es imprescindible llevar ropa de montaña que abrigue mucho, guantes, gorro, calcetines gordos, unas buenas botas, gafas de sol (yo me chamusqué los ojos), crema solar y saco de dormir. Los refugios no tienen calefacción ni nada parecido, es como dormir a la intemperie. Olvidaos del agua caliente, se puede pagar, pero con tal de no quitarte la ropa lo mejor es no ducharse, ja, ja, ja; recuerdo el frío como algo horroroso. Creo que es importante que sepáis cómo dormimos: mayas térmicas, camisetas térmicas, pijama de invierno, braga en el cuello, dos pares de calcetines, gorro, metidos en el saco y tres mantas encima.

Durante el viaje se desarrolló muy buen clima con los compañeros de viaje. Creamos buenos lazos con ellos y pudimos tomarnos unas cervezas después de los atardeceres que brindaba el paisaje entre risas y charlas de nuestras procedencias. Por supuesto que no es fácil encontrar bebidas, salvo que aproveches las pocas ocasiones que se pasa o atraviesa un pueblecito, donde las venden (entre otras cosas). Fue muy divertido pasar este tiempo con nuestros nuevos amigos y por supuesto con nuestro guía. Además ¡conocí a mi gemelo del mundo!. Matheus y yo habíamos nacido el mismo año y el mismo día; casualidades de la vida (¿o conexiones?-este lugar tiene magia, de verdad).

Mención especial a Alexander por tener todas las profesiones necesarias para hacernos aún más felices durante el recorrido: conductor, guía, cocinero, fotógrafo, médico, profesor y  amigo.

El siguiente post tratará de las Emociones en Uyuni. Contará una versión subjetiva del viaje para enamoraros como yo lo hice. Para despertaros curiosidad como la que yo tenía. Para saciaros la ansiedad de conocer este planeta llamado Uyuni como me sació a mí.

Uyuni, volveremos a vernos. Volveré y me enseñarás mi reflejo en tu suelo humedecido. Me encontraré contigo y con mi mejor yo, el mejor que he conocido hasta ahora.

Gracias Pachamama.

Laura.