E komo mai! Hoy no soy yo la que escribe el artículo, son los resquicios de aquellos latigazos que me recorrían el cuerpo mientras recorría una parte de la isla de Maui. Tampoco vas a conocer todo lo que puedes ver en Maui en este post, tendrás que descubrilo detrás de mis palabras que van a circular libremente a lo largo de todo el artículo.
Hoy sí que serás testigo de todo lo que pasó por mi cabeza mientras recorría la isla de Maui mientras descubría algunos de sus secretos. Suelta tu imaginación, activa tus sentidos y estate alerta.
Pero antes, seamos prácticos, voy a anticiparte la estructura de este medio relato para que no pierdas tu razón de ser viajando por Maui mentalmente. Este es el desglose de lo que vamos a hablar sobre Maui:
- Por qué elegimos Maui
- De cuando Maui me llevó al cielo
- Algunas recomendaciones y datos prácticos
También te recuerdo que tienes disponible la guía para viajar a Hawaii. También te dejo el enlace para los artículos de Oahu y Kauai, así puedes conocer todo lo que ofrecen estas islas.
Como consejo te diré que nada de lo que has visto hasta ahora en Planeta Wander sobre Hawaii será lo que encuentres aquí. No ha sido la isla que más me ha gustado, sigue siéndolo Kauai, pero sus paisajes, en general, han sido completamente distintos a los de sus hermanas. Lavado de cerebro y poros abiertos porque empezamos con la historia de mis memorias en la Isla Valle.
POR QUÉ ELEGIMOS MAUI
Estaba claro. Desde el principio nuestro interés en Maui tenía el foco en dos puntos del mapa: el Parque Nacional de Haleakala y la Road To Hanna. Y qué buena elección comprobar que son tan maravillosamente admirables como pretendían nuestros pensamientos.
- Una de las cosas que queríamos ver en nuetro viaje a Hawaii era algún volcán y la opción más sencilla, sabiendo que sólo teníamos un día para visitar una tercera isla, fue viajar a Maui. Aunque sigo pensando que Big Island hubiera sido más que un acierto, decidimos dejarla a un lado con mucha pena por tratarse de una isla mucho más grande.
- Por otro lado, habíamos leído maravillas de la Road To Hanna, y visto que este recorrido por carretera regalaba un sinfin de maravillas naturales, nos lanzamos a ella como locos.
DE CUANDO MAUI ME LLEVÓ AL CIELO
¿Quién me obliga a mí a pegarme este madrugón?
Nos vamos a pasar el día a Maui y lo hacemos en avión, obviamente. Otra vez a alquilar un coche y otra vez a despegar con el poco gusto que le tengo a los aviones. Este será el avión número 20 que cojo este año, por lo menos.
Lo primero que vamos a hacer al llegar es ir a Kaleahala National Park (ya no sé ni cómo se escriben los nombres en hawaiiano y me da completamente igual) y sólo pienso en no conducir para dormirme en el coche.
Recogemos el coche y se me ha ido el sueño como si de uno de ellos se tratara lo que estoy viviendo, una vez más. Desde la ventanilla del coche voy viendo la panorámica del Haleakala desde varias perspectivas y a sus craters asomarse pidiendo cierto reclamo. Estamos subiendo desde el nivel del mar hasta los 3.000 metros (leve aroma y recuerdo de Cusco, la ciudad encerrada bajo las rejas de mi corazón). Arriba, en esta cima, podría volar. Pero ya lo hace mi falda por mí y le enseño las bragas a todos los turistas (bien Laura, en tu línea). Descubro que estoy en el cielo. Las nubes me rodean, cierro los ojos, respiro y por un momento se me olvida el mareíllo del coche. Bravo, Haleakala; mereció la pena los 100$ de billete de avión para llegar hasta aquí.
Bajamos al nivel del mar, en cuestión de horas mi cabeza podría haber explotado, pero confío en ella. Comemos en un mexicano en Paia, más bien nos empachamos en la terraza de este restaurante bueno, bonito y medio barato. Con la sangre en el estómago no se nos ocurre otra cosa que empezar a rodar por la carretera hacia Hanna. Como no he leído ya varias veces que tiene cientos de curvas… A ver cómo nos cae encima la ruta.
El caso es que estamos serpenteando la jungla, se escuchan cascadas y podemos ir encontrando lugares que se esconden entre bosques y sonidos lejanos. Me gusta este sitio. Podría dedicarle dos días y parar en todos los rincones que me apetezca. Pero me quedan unas horas en esta isla. Árboles de colores, jardines verticales, cascadas en las curvas y de postre una playa de arena negra. Qué pena que haya decidido venir todo el mundo a la vez que yo, tendré que esconderme por las rocas.
Aparezco sola, con el sonido de las olas, el verde contrastando (hace daño a la vista) sobre el negro de la arena volcánica y vuelvo a respirar. Me junto con mis compañeros de viaje tras su ilegal chapuzón y me dan mucha envidia.
Otra vez empiezo a sentir la punzada en el estómago por estar a punto de despegar.
¿Quíen me manda a mí coger dos aviones en el día?.
ALGUNAS RECOMENDACIONES Y DATOS PRÁCTICOS
- Si quieres ver el amanecer o atardecer en el Haleakala pilla pronto tus entradas porque son especiales, es un ticket independiente al de los Parques Nacionales.
- Intenta hacer la ruta en coche hasta lo alto del volcán despacito, parando en todos los miradores para no dejar que tu cabeza estalle con el mal de altura.
- No hagas la Road To Hanna después de comer, es difícil no marearse.
- Intenta hacer la Road To Hanna en dos días, así podrás parar todas las veces que quieras y disfrutar de todos sus secretos.
- No te crees una ruta con todo lo que hay que ver en Maui, déjate llevar.
- Evita los lugares más turísticos para comer y así ahorras un poquito.
- Alquila un coche. Puedes hacerlo por internet como hicimos nosotros en la web www.carrentalhawaii.com, donde tienes la opción de alquilar un coche normalito con el seguro a todo riesgo incluído y con un depósito entero de gasolina gratis.
Y con estos reflejos de lo que fue un día intenso por los lugares más recónditos que esconde la ruta a Hanna, termino este artículo dándote las gracias una vez más por leerme. ¿Quíen sabe dónde será el siguiente viaje?
Nunca dejaré de disfrutar en la naturaleza.
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